Se puede engañar a algunas personas todo el tiempo y a todo el mundo algún tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Abraham Lincoln
Ante su derrota
electoral la Lista 35 -controlada por Fosalba e integrada por Femi, Médicos
independientes, Ugm y Gremialismo auténtico- ha emprendido un camino muy
peligroso y destructivo para cualquier Democracia, en particular para la del
Colegio Médico.
La Lista 35, y algunos
de sus miembros, han realizado agraviantes ataques personales contra los
presidentes del Consejo Nacional y del Consejo Regional de Montevideo del
Colegio Médico del Uruguay. A través de afirmaciones engañosas y falsas la
Lista 35 intenta destruir la credibilidad y la institucionalidad del Colegio
cuyo Gobierno los médicos le negaron a través de las urnas.
A la Lista 1 le ha
tocado perder anteriormente. Jamás tuvimos la mezquindad de atacar en forma
personal a los ganadores. Ni mucho menos menoscabamos a la institución o, peor
aún, al sistema democrático que nos rige. Siempre dimos lo mejor de nosotros
para sacar la institución adelante y, de esta forma, defender los legítimos
intereses de todos los médicos. Se llama
saber perder y acatar la Ley y los principios democráticos que la sustentan.
Otros prefieren destruir aquello que no
logran obtener acorde a la Ley.
El artículo 72 del Código de Ética Médica
dictamina: “no son éticas la difamación y la Injuria” –presione acá para ver el texto
completo del Código de Ética Médica – Ley 19.286-
La
Lista 35 -controlada por Fosalba- parece pretender engañar a todos los médicos
porque oculta deliberadamente que la Ley del Colegiación Médica dictamina
exactamente lo contrario a lo que sostiene dicha Lista.
La
Ley 18.591 (del 18 de setiembre de 2009) -presione acá para
acceder al texto completo de la Ley- dictamina que los médicos eligen
con su voto solo a los integrantes del Consejo Nacional y de los Consejos
Regionales y estos eligen a los cargos de Dirección. De la misma forma ocurre
en el SMU, UDELAR, muchos sindicatos y casi todo organismo colegiado.
La
Lista 35, dominada por Fosalba, a través de su lista ómnibus que nuclea a cinco
agrupaciones no logró alcanzar la mayoría que dictamina la Ley para poder
elegir los cargos ejecutivos en el Consejo Nacional y en el Regional
Montevideo.
En
el Consejo Nacional sólo logró cuatro consejeros de un total de nueve.
Lo
mismo le pasó en el Consejo Regional de Montevideo que tiene más de la mitad de
los médicos del país, logrando solo dos consejeros de un total de cinco.
En
estos dos casos son sólo una minoría y no alcanzan la mayoría absoluta
dictaminada por Ley. Lo que la Ley mandata es que presidente y secretario para
serlo deben tener como mínimo los votos de la mayoría absoluta de los
integrantes de los Consejos, cinco de nueve en el Consejo Nacional y tres de
cinco en el Consejo Regional de Montevideo.
La Ley contempla la formación de alianzas postelectorales para formar estas
mayorías, como sucede en todos los organismos colegiados.
Esto
es precisamente lo que ocurrió: las Listas 1, 4 y 2019 tuvieron la capacidad de dialogar y lograr consensos, programas y
acuerdos basados en el legítimo interés de todos los médicos y alcanzaron
la mayoría absoluta de consejeros, tanto a nivel del Consejo Nacional (cinco en
nueve) como en el Consejo Regional Montevideo (tres en cinco), designando
entonces a las autoridades de pleno Derecho.
La Lista 35, acostumbrada a gobernar
en forma autoritaria y vertical, no fue capaz de lograr ningún tipo de
consenso.
Para
ejemplificar en los votos al Consejo Nacional las Listas 1, 4 y 2019 obtuvieron
3.483 votos frente a sólo 2.493 votos de la Lista 35, mil votos de diferencia.
En el Consejo Regional Montevideo las Listas M1, M4y M2019 obtuvieron 1.964
votos frente a solo 1.000 de la Lista M35, con una diferencia de 964 votos.
La
Lista 35, dominada por Fosalba, dice una verdad a medias y por tanto falta a la
verdad a todos los colegas al afirmar que tiene 21 de 34 consejeros, dando falazmente
la idea de que habría ganado las elecciones, lo cual está alejado de la
realidad.
De
los 21 cargos que Fosalba sostiene le darían derecho a elegir al presidente del
Consejo Nacional y al Presidente del Regional Montevideo 15 son del interior,
representado pocos votos por la conformación demográfica de cada región, solo
dos son del Regional Montevideo y solo cuatro del Consejo Nacional. Por la
conformación legal del Colegio el voto de un consejero de un Regional solo vale
en el Regional respectivo. La lógica de
Fosalba implica disparates tales como que el Presidente del Regional Norte
fuese electo por el Consejo Regional de Montevideo.
La
Lista 35, dominada por Fosalba, falta a la verdad también cuando dice que estos
15 consejeros no les dieron ningún cargo. En aquellos Regionales donde la Lista
35 logró formar las mayorías a las que obliga la Ley obtuvieron dichos cargos y nadie protestó ni los calumnió por ello,
mucho menos a nadie se le ocurrió menoscabar la legitimidad y la
institucionalidad de esos Consejos Regionales.
La Lista 35 hace suyas
las palabras del renunciante Pr. Parodi, afirmando que lo moral debe primar
sobre lo legal. Es alarmante que una lista que pretende gobernar el Colegio
Médico realice esta peligrosa declaración. Es un argumento de neto corte autoritario, basamento
fundacional de todos los autoritarismos.
Tal como decía John
Fitzgerald Kennedy: “El cumplimiento de la ley es la eterna salvaguardia de la libertad (…), pues en un gobierno de leyes
y no de hombres, ningún hombre, por muy prominente o poderoso que sea (…),
tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia”.
En una Democracia sana
como la de Uruguay la única forma de proteger la Libertad es que la Ley se
obedezca siempre, porque si cada quien obedece la Ley solo cuando le resulta
conveniente -como hace la Lista 35- entonces se logra la destrucción del Estado
de Derecho, atropellando todo tipo de Libertad y derechos individuales, y
cayendo en la Ley de la selva.
Hablar de moral por
sobre la Ley en un Colegio que debe regir la ética de la profesión médica es
siempre peligroso. Pero lo es más aún cuando quienes lo hacen sostienen la
moralidad por sobre la Ley como argumento para tomar indebidamente el Gobierno de
nuestro Colegio.
Es un argumento muy
preocupante, porque la moralidad es una disciplina meramente descriptiva que se
dedica a recoger qué prácticas son socialmente aceptadas y cuáles no en
determinada sociedad o institución, sin
realizar ningún tipo de análisis acerca de si estas prácticas son correctas o
no. La ética, por el contrario, es una disciplina normativa y autónoma que
se ocupa de determinar qué acciones son correctas, cuáles no y por qué.
A modo de ejemplo, la
segregación racial en Estados Unidos y el régimen del apartheid en Sudáfrica fueron moralmente aceptables en esas
sociedades y en su época más allá de que constituyeron una infame ofensa a la
Humanidad. Estás pesadillas se terminaron a través de la Ley, lo que nunca
hubiese sido posible si se hubiese considerado a la moral por encima de ella.
La
Lista 35, dominada por Fosalba, ataca la legalidad democrática porque perdió
las elecciones y pretende generar desestabilización del Colegio Médico
mostrando deslealtad ante el colectivo médico y menoscabo de la Democracia.
El
ejemplo más claro de esto es la patética actitud del Dr. José Minarrieta que
nada más conocerse el escrutinio primario se arrogó públicamente el cargo de
Presidente –aun sabiendo que no contaba
con las mayorías exigidas por la Ley- e hizo público su programa elitista
de implementar la “recerficación” médica en horario extra-laboral y pago por el
médico. –acceda al
trascendido de prensa haciendo clic acá-
La legalidad y los derechos legales
vigentes en Uruguay pusieron en su lugar al Dr Minarrieta.
La legalidad y los derechos legales
vigentes en Uruguay también han puesto en su lugar a la “recerficación” médica: la
misma es ilegal en Uruguay como en la mayoría de los países del mundo. Así
lo establece la Ley de Colegiación Médica y las leyes de titulación
universitaria. La recertificación es,
además, rechazada por la mayoría de los médicos.
La Lista 1 siempre ha defendido lo que
plantea la Ley: la educación médica contínua y la lucha por una educación
médica amigable con el médico, integrada en el horario de trabajo y gratuita.
Es nuestro deber
señalar que mientras el Dr. Minarrieta ocupó la presidencia del Consejo
Regional de Montevideo (en el periodo anterior) y pretendió ocupar la
presidencia del Consejo Nacional en este período y hasta el día de hoy
–ocupando un cargo de consejero nacional- tuvo y tiene un cargo de alta
dedicación en una mutualista –tal como informa el programa “No toquen nada”, de
Radio FM del Sol, -clic
acá para ver la nota completa- (con un sueldo muy superior al del resto de
los médicos, fundamentado en una supuesta dedicación exclusiva en la institución)
y además Minarrieta es, y fue, subdirector del Hospital Maciel -acceda acá al
documento de ASSE que certifica que el Dr. Minarrieta es el único subdirector
del Hospital Maciel-
Quizás a la Lista 35,
tan preocupada en su autoasignado papel de policía de la moral, tenga interés
en preguntarle al Dr. Minarrieta como logró la asombrosa proeza de estar en
tres lugares al mismo tiempo.
En este sentido es
nuestro deber denunciar enfáticamente que el Dr. Minarrieta ha formado parte
del Colegio Médico en los dos períodos pasados y, sin embargo, durante los
últimos cuatro años jamás presentó la declaración jurada a la que se encuentra
obligado por la Ley Anticorrupción (Ley 17060 del 23 de enero del 2003 -presione acá para
ver el texto completo de la Ley-). Minarrieta, así como otros miembros de
la Lista 35, han sido declarados omisos en la presentación de su declaración
jurada en múltiples ocasiones -presione acá para acceder
a la publicación oficial de la Junta de Ética y Trasparencia Pública-.
Resulta difícil
pretender formar parte del Colegio que rige la ética de la profesión médica en
nuestro país cuando se evade en forma constante y consuetudinaria el principal
mecanismo legal con el que cuenta Uruguay para luchar contra la corrupción.
Este mecanismo está destinado a evitar el posible enriquecimiento ilícito de
los funcionarios públicos.
La Ley Anticorrupción considera
como una falta grave en la función pública la no presentación de las
correspondientes declaraciones juradas y además ordena la retención del 50% del
sueldo para aquellos funcionarios que así no lo hicieren.
El Dr. Minarrieta hace
cuatro años que no presenta su declaración; otros dirigentes de la Lista 35
hace más tiempo aún que no lo hacen. Tal vez sería conveniente que la
autoproclamada policía de la moral se preocupase por averiguar si los sueldos
de sus dirigentes han sido retenidos como obliga la Ley.
Si
bien la institucionalidad del Colegio ha sido atacada en su totalidad, quien ha
recibido con mayor virulencia los embates agraviantes y falsos de la Lista 35
ha sido el Presidente del Consejo Regional de Montevideo, el Dr. Daniel San
Vicente.
El
Dr. Daniel San Vicente cuenta con una trayectoria a nivel sindical y a nivel
del Colegio absolutamente transparente y ética.
La
Lista 35, controlada por la Fosalba, lo cuestiona por el ejercicio de dos
cargos democráticos obtenidos en elecciones supervisadas por la Corte Electoral
con todas las garantías que ello otorga y asegura. Intentan someterlo al
escarnio público con el sufrimiento moral que conlleva.
¿Por
qué la Fosalba y sus aliados se ensañan tanto en la persona del Dr. San
Vicente?
El
Dr. San Vicente en la esfera sindical ha defendido un sindicalismo inclusivo y
en el Colegio un Colegio de Iguales con derechos y obligaciones para todos, no
un Colegio elitista al servicio de unos pocos poderosos. El Dr. San Vicente
lucha por organismos médicos austeros y transparentes sometidos al control de
todos los colegas.
El
Dr. San Vicente logró, a través de la última reforma de estatutos del SMU por
él impulsada, eliminar el “subsidio” del
salario que la Fosalba y sus aliados se habían auto-concedido por el plazo de
un año posterior al cese legal de sus cargos.
El
Dr. San Vicente exigió, en varias reuniones del Comité Ejecutivo del SMU,
publicar los sueldos de privilegio que el oficialismo votó para sí y para cargos no
electivos por ellos impuestos. La
Fosalba y sus aliados votaron que NO.
El
Dr. San Vicente también pidió que se hicieran públicos los gastos realizados
mediante tarjetas corporativas auto-otorgadas por el oficialismo. La Fosalba y sus aliados votaron que NO.
El
Dr. San Vicente exigió la inmediata eliminación de las tarjetas "corporativas" en
el SMU. La Fosalba y sus aliados votaron
que NO.
El
Dr. Daniel San Vicente denunció y exigió la publicación de los enormes gastos
de la convención médica de 2014, que se
midieron en el orden de los cientos de miles de dólares, tomados del
patrimonio de los socios por decisión
exclusiva de la Fosalba y sus aliados que también prohibieron la publicación de
dichos gastos.
El
Dr. San Vicente planteó publicar las ingentes sumas de dinero erogadas, sin
ningún tipo de garantía, control o exigencia, a la Fundación Salud dirigida,
entre otros, por el Dr. Toledo, denunciado penalmente por la propia Fosalba y
sus aliados luego de años de íntima colaboración. Fosalba y sus aliados votaron
que NO.
Está
irresponsable erogación del Patrimonio de los médicos fue decisión exclusiva de
Fosaba y sus aliados sin el más mínimo contralor del destino del patrimonio
social médico. El Dr. San Vicente también exigió la finalización inmediata
estos gastos que colocaron al SMU en una situación de profunda crisis
económica. Fosalba y sus aliados se
opusieron categóricamente.
Es
nuestro deber destacar que la cuestionada Fundación Salud fue dirigida por el denunciado
Dr. Toledo pero que “El presidente del
SMU, Julio Trostchansky, el vicepresidente Gerardo Eguren y el ex presidente
Martín Rebella también dirigen la fundación (Salud) junto a(l Dr. Alfredo) Toledo”
tal como declara un documento oficial del SMU –haga
clic acá para acceder al documento completo-
El
Dr. San Vicente es cuestionado por cobrar sus haberes que aun siendo los más
bajos del SMU le permiten realizar su labor representativa para con los colegas.
Sería bueno que la Fosalba y sus aliados
se cuestionasen sus propios sueldos y los de los cargos no electivos, que
colocaron sin ningún tipo de concurso, que llegan a superar en más 11 veces la
retribución del Dr. San Vicente.
Sería
bueno, y dignificante para la Fosalba y sus aliados, que comenzaran a sentir
algún tipo de prurito ético por las tarjetas
“corporativas” que se auto-otorgaron
y que publicasen todos sus gastos y eliminasen dichas tarjetas “corporativas”.
El
Dr. San Vicente denunció la enorme cantidad de viajes al exterior pagados con
el patrimonio de los médicos sin la aprobación del Comité Ejecutivo.
En el Colegio Médico el Dr. San
Vicente logró, con el apoyo de la Lista 4 y la Lista 2019 la baja de un diez
por ciento de las remuneraciones de todos los cargos electivos. El Dr. San Vicente, también con el apoyo de
la Lista 4 y la Lista 2019, está impulsando
la racionalización de los sueldos más importantes de los cargos no electivos.
La Lista 1, con el apoyo de la Listas
4 y 2019, también logró la rebaja de la cuota del Colegio Médico en un 15.46%.
El
Dr. San Vicente logró, por su iniciativa exclusiva (ver acta CMU 179 del
4/12/15), crear el programa de Bienestar Profesional (BienPro) que ofrece
tratamiento a todos los médicos que sufren de problemas de salud psicológica:
burnout, depresión, adicciones y riesgo de suicidio en forma gratuita y
confidencial. El Programa de Bienestar Profesional se encuentra funcionando
desde abril de este año (en caso de
requerir la atención del BienPro llamar al 0800 2436) a pesar de la
oposición de gran parte de las listas 3 y 5 que argumentó que “los colegas que
tienen problemas en su salud psicológica ya cuentan con la cobertura del
Fonasa” ignorando, o sin importarle, que dado el triste estigma que cualquier
tipo de problemática psicológica acarrea en nuestro país el hecho de que un
médico fuese visto en la sala de espera de un psiquiatra en una mutualista u
hospital sería, inexorablemente, una sentencia de muerte laboral y le
sometería, además, al escarnio público entre sus pacientes.
El
Dr. San Vicente jamás cobró dinero alguno que no le correspondiere, jamás
aceptó ni aceptará las tristemente célebres tarjetas “corporativas” ni viajará
nunca a Europa, ni otros destinos “top”, con el dinero de los colegas.
El
Dr. San Vicente nunca cobró un sueldo por un trabajo que no realizó, ni lo hará
jamás. Durante sus más de veinte años de carrera en salud pública, el Dr. San
Vicente se ha caracterizado por un total compromiso con sus colegas y
pacientes, lo que lo llevó, en muchas ocasiones, a quedarse fuera del horario
laboral para poder atender a aquellos pacientes a los que el superpoblado SNIS
descarta.
En
el período pasado en el SMU la Fosalba y sus aliados, haciendo gala de un
autoritarismo que raya lo dictatorial, dictaminó que la única hora posible para
la reunión del Comité Ejecutivo era las 5 de la tarde de un miércoles, hora en
la que mayoría de los médicos que hacen policlínica trabajan de la misma forma
que lo hace el Dr. San Vicente. Este claro intento de privarlo de su
representatividad democrática otorgada por las urnas le obligó a solicitar
licencia gremial solo para las dos últimas horas de ese día.
La
Fosalba y sus aliados calumnian al Dr. San Vicente afirmando que no se presentaba
a las reuniones del Consejo Nacional del Colegio Médico y a las del Comité
ejecutivo del SMU. No se puede engañar a
todo el mundo todo el tiempo. Mal podría el Dr. San Vicente haber realizado
todas las obras que detallamos anteriormente, tanto en el Colegio Médico como
en el SMU, sin haber concurrido a las reuniones de ambas instituciones. Su
presencia en dichas reuniones consta en las actas públicas tanto del Colegio
Médico del Uruguay como del SMU y fue atestiguada por todos los colegas que han
participado de estas reuniones.
Con
ese mismo autoritarismo, pero en esta ocasión en forma más grave aún, la
Fosalba y sus aliados cercenaron brutalmente la potestad legal y democrática de
Contralor de la oposición, obligando a los miembros del Ejecutivo a firmar un
contrato de confidencialidad que, en forma absolutamente contraria al Estatuto
del SMU y a toda la legalidad vigente, les prohíbe revelar los sueldos de
privilegio que se auto-otorgaron Foslaba y sus aliados, los brutales gastos de
tarjetas “corporativas” (también auto-otorgadas). En especial cuando estos
datos son públicos y parte del contralor democrático que es, natural y
legalmente, potestad de la oposición.
El
Dr. San Vicente continuará defendiendo la honorabilidad y los Derechos de todos
los médicos asalariados por igual. Proseguirá exigiendo en forma irrenunciable
la más absoluta transparencia y austeridad en el manejo de los recursos de
todos los médicos. El Dr. San Vicente continuará denunciando en forma
inclaudicable todo manejo inapropiado del patrimonio de los colegas. Seguirá
oponiéndose a toda vulneración de los Derechos de los colegas, como la ilegal “recertificación”
médica. Por lo tanto, es sensato esperar que continúe siendo atacado cada vez
con mayor saña por aquellos sectores que, aun representando a un mínimo número
de médicos, pretenden imponer sus intereses egoístas por encima de los de la inmensa
mayoría de los colegas.
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